El profesor
portugués e intelectual referente para los movimientos sociales, Boaventura de
Sousa Santos, analiza para ‘Público’ la crisis de la UE y la trampa capitalista
de la deuda soberana y las políticas de austeridad para destruir el último
bastión de la protección social y laboral, Europa.
Boaventura de Sousa Santos es doctor en Sociología del
Derecho por la Universidad de Yale y catedrático de Sociología en la
Universidad de Coímbra. Este fin de semana está en Madrid con laUniversidad
Popular de los Movimientos Sociales (UPMS), una iniciativa que llega
por primera vez a España y reúne durante los dos días a más de 40 colectivos y
movimientos sociales, académicos y artistas de varios países en busca de
fórmulas paraorganizarse y reconstruir el maltrecho sistema democrático en
Europa.
¿Se puede decir ya que el proyecto de la UE
es un fracaso?
Sí. La UE era un proyecto de cohesión social para crear un
bloque nuevo y fuerte; un bloque económico, político y social, con políticas de
cohesión muy importantes. La UE se concibió con dos ideas muy potentes: la de
no volver a las guerras mundiales, provocadas ambas por el mismo país, y la de
eliminar las periferias que existían desde el siglo XV: los países nórdicos, el
sur de Europa (Portugal, España e Italia), el sureste (Balcanes y Grecia) y el
este europeo.
El proyecto europeo iba a poner fin a esas periferias, con
políticas muy importantes de fondos estructurales que pretendían uniformar la
riqueza en Europa. En este sentido, el proyecto fracasó, pero es que muchos de
nosotros ya sospechábamos que esto podía pasar, porque la existencia de las
periferias era demasiado larga. Sin embargo, en los primeros años de la
integración europea parecía que la UE resultaba: por ejemplo, en Portugal, la
renta media alcanzó el 75% de la europea en 2000; sin duda nos aproximábamos y,
de pronto, todo el proceso quebró y los países ex periféricos vuelven a ser
tratados como tales. Desde entonces, la lógica colectiva de construcción
social, económica y política ha pasado a ser una dinámica de centro-periferia
que dominó sobre todas las otra lógicas. Una lógica, además, en la que el
centro ni siquiera es la Comisión Europea, sino Alemania.
La UE debe reinventarse, hay que reinventarla. De lo
contrario, el futuro en Europa se presenta muy negro.
¿Y el proyecto del euro? ¿En qué punto está?
La pregunta sobre el proyecto del euro no es si fracasó o
no, sino qué es lo que se pretendía con él. Y en este caso, existió la trampa
desde el inicio, porque el euro fue una de las formas en que el neoliberalismo
internacional penetró en Europa, que hasta entonces, era el bastión de defensa
del Estado social; el único donde el neoliberalismo no había entrado gracias a
que los países tenían partidos socialistas y -también a veces en la oposición-
partidos comunistas, ambos muy fuertes. Los partidos venían de una tradición
socialdemócrata muy arraigada que exigía educación pública, sanidad pública o
sistema de pensiones públicos, por lo que la resistencia a que el
neoliberalismo entrase país a país era muy grande. Por eso no penetró así, sino
que lo hizo por encima: a través de la Comisión primero, por el Banco Central
Europeo (BCE) después y por el euro finalmente.
“La democracia en Europa está suspendida y derrotada por el
capitalismo”
Mediante la construcción neoliberal del euro y el BCE, el
país dominante desde entonces -Alemania- ha puesto sus reglas y la moneda es
definida en su valor internacional de acuerdo a los intereses económicos de
Alemania, y no a los intereses de Portugal o España, por ejemplo. A los países
del sur, increíblemente, nunca se les ocurrió la idea de que pudiera ocurrir
esto, porque se creyeron lo de que estaban en un bloque político y económico,
en donde no había deuda griega o española o portuguesa, sino que existía la
cohesión y nunca habría especulación. Sin embargo, debido a los intereses de
sus bancos, Alemania decidió que sí habría deuda griega, irlandesa, portuguesa
o española, con lo que hizo a estos países muy débiles, sin que Europa les
diese garantías y promoviendo la especulación financiera al transmitir la idea
de que estos países sólo encontrarían la solución después de una intervención
brutal.
Una intervención que no ha servido para nada y que ahora,
parece que empiezan a reconocerlo así quienes la impusieron. ¿Estamos ante una
improvisación o el juego está totalmente calculado?
Es más trágico todavía, porque no es nada nuevo. El
problema de Europa es que ni tiene nada que enseñar al mundo ni puede aprender
con el mundo. Nada que enseñar porque la sequía de ideas, novedades o
alternativas aquí es total y nada que aprender porque la arrogancia colonial de
este continente es absoluta también y no le permite aprender. Por ejemplo,
cuando decimos: “En Brasil, Argentina o Ecuador se hizo así”, y enseguida nos
respondemos: “Ésos son países menos desarrollados”.
¿Seguimos con ese sentimiento de superioridad?
Seguimos con esa arrogancia colonial, sí. Y no lo tomamos
en serio, pero es que eso que ha dicho el FMI hoy, lo dijo en Tanzania,
Mozambique e Indonesia antes, lo conozco bien. Lo de aplicar las medidas y
después, decidir que fueron excesivas es recurrente. Y una agencia que ha
aplicado unas medidas que han generado tanta pobreza, tanto sufrimiento en los
países, debería ser demandada ante los tribunales; y ya no digo por un delito
criminal, pero al menos, sí por negligencia. Tiene que haber una reparación
civil para los países afectados, porque, además, dicen que cometieron un error
con sus políticas y las siguen aplicando.
“Tiene que haber una reparación civil para los países
afectados por las medidas de austeridad”
No hay propósito de la enmienda…
Ninguno. Pero es que, además, a la UE no le gusta que el
FMI se retracte, porque está comprometida con las políticas de austeridad y si
en Alemania se percibe que son negativas, Angela Merkel puede perder las
elecciones. Todo está organizado para que nada cambie hasta las elecciones
alemanas, por lo que Italia, Grecia, Portugal o España deben esperar y lo
hacen, digo yo siempre, con una democracia suspendida.
Y los ciudadanos que sufrimos los recortes, ¿qué podemos
hacer? ¿También hemos de esperar a que transcurran las elecciones alemanas para
presionar a nuestros gobiernos y que hagan algo, en su caso?
Los gobiernos no van a hacer nada, porque como digo, son
completamente dependientes del mandato alemán. Y aunque la gente rechaza esto,
no lo hace de una manera fuerte y articulada. Este fin de semana, con el
proyecto de la Universidad Popular de los Movimientos Sociales (UPMS),
precisamente, estamos intentando ver cómo se puede resistir, conociendo las
diferencias de los distintos grupos, averiguando por qué unos están interesados
en una medida y otros en otra o por qué algunos creen que se debería crear un
partido y otros no. La semana pasada, en Portugal, estuve trabajando en una
iniciativa con el ex presidente de la República, Mario Soares, a través de la
cual juntamos a 600 personas en una sala para pedir la caída del Gobierno actual,
elecciones anticipadas y un Ejecutivo de izquierdas. Fue la primera vez,
después del 25 de abril, que conseguimos juntar a representantes del Partido
Comunista, del Socialista y del Bloque de Izquierda para formar una alternativa
de izquierdas. Aunque sabíamos que por razones históricas es muy difícil
lograrlo.
“El movimiento para democratizar la democracia a }veces
resultará violento contra la propiedad y, a veces, ilegal”
Como en España…
Aquí también, aquí también… Y en Portugal, al final, nos
dimos cuenta de que era imposible, que jamás habría una alternativa de
izquierdas. ¿Por qué? Porque, por un lado, Bloque de Izquierda y Partido
Comunista quieren renegociar la deuda y, además, han concluido que parte de
esta deuda no se puede pagar -es el 130% del PIB-, o abocaremos al
empobrecimiento a las generaciones siguientes. Todo el dinero que entra de
la troika va a pagar la deuda, ni un céntimo va para la
salud o el hogar de las personas.
Por otro lado, el Partido Socialista, que está dominado por
la lógica del neoliberalismo desde hace tiempo, quiere ser Gobierno, además, en
el marco europeo dominado asimismo por el neoliberalismo. Por tanto, propugna
que de negociar la deuda, nada: hay que pagarla toda, aunque se negocie sobre
las tasas y los periodos de pago, por ejemplo.
Y ahí se acaba el objetivo de la reunión, unir a la
izquierda.
Ahí se acabó.
¿Cómo ve en España a los partidos de izquierdas?
La misma división, aunque en Portugal es más grave, porque…
¿Quiénes fueron los invitados españoles a la reunión de Club Bilderberg en
Hertfordshire (Reino Unido)?
El ministro de Economía, Luis de Guindos; el consejero
delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián; el de Inditex, Pablo Isla,… ¿Por
qué?
Porque la asistencia desde Portugal fue muy interesante,
muy ilustrativa sobre el futuro: acudieron al Bilderberg el secretario del
Partido Socialista y el secretario del partido de derechas que está en el
Gobierno, o sea, que la elite internacional ya ha decidido las elecciones. Los
portugueses van a trabajar hasta las próximas elecciones, luchando para que
haya un Gobierno de izquierdas -idiotas ellos-, las elecciones ya están
decididas y los socialistas comulgan con eso. Por eso, yo creo que en Europa
vamos a entrar en un periodo cada vez más duro y con más recortes; yo le llamo
un periodo post institucional (‘Después de las instituciones’), porque las
instituciones del Estado no responden y la gente no se siente representada por
estas instituciones.
¿Qué podemos esperar de un periodo así?
Será un periodo turbulento y largo, a mi juicio, y será una
lucha por la redefinición de la democracia. No es casualidad que los jóvenes
aquí en España o en Portugal hablen deDemocracia Real o apelen a
la Democracia Ya, porque la democracia en Europa está suspendida
y derrotada. Ha habido un conflicto entre democracia representativa y
capitalismo y ha ganado el capital.
¿Y hay alguna posibilidad de que se levante de nuevo la
democracia?
Sólo cuando el capitalismo tenga miedo. Hasta ahora, los
bancos han sido rescatados con dinero público, pero no habrá posibilidad de
rescatarlos de la misma manera otra vez, a menos que los ciudadanos sean
reducidos a la condición de esclavos. Puede haber una catástrofe y tenemos que
luchar antes de que llegue, buscando todos los errores que se cometieron en las
políticas progresistas de Europa. Por ejemplo, creer que sólo un pequeño grupo
en cada país era politizado: los miembros de partidos, ONGs o de movimientos
sociales. El resto de ciudadanos era una masa informe, despolitizados que no
tenían ninguna relevancia política, pero que son los que están ahora en la
calle.
“En Europa, ha habido un conflicto entre democracia
representativa y capitalismo y ha ganado el capital”
De ellos va a venir el futuro; la transformación
democrática va a llegar de la mano de todos los indignados: pensionistas,
jóvenes, médicos, profesionales,… que implican, además, una unión
intergeneracional que antes no existía y que tienen que llevar a cabo una revolución
democrática; la necesitamos para no llegar a la catástrofe.
¿Cómo se aborda una revolución democrática en la situación
actual? ¿Qué significado tiene más allá de los términos?
Significa democratizar la democracia a través de un
movimiento popular muy fuerte, que a veces resultará violento, aunque nunca
contra las personas, y a veces resultará ilegal, porque una de las
características de los Estados neoliberales es ser cada vez más represivos.
“Un movimiento no se construye con autonomía individual,
sino con autonomía colectiva”
¿Con ser violentos se refiere, por ejemplo, a los escraches y con ser ilegales, a iniciativas como Rodea el Congreso?
Sí, hay que fortalecer todos esos movimientos.
¿También el 15M en su conjunto? Hay quien tiene la
percepción de que es un movimiento que nació con mucho ímpetu y se ha ido
desinflando, perdiendo fuerza. ¿Tal vez porque ya es España un país resignado?
No creo que seamos -e incluyo a mi país, Portugal- países
resignados, sino que hemos sufrido más de 40 años de dictadura; 48 años en mi
país, más que en España. Mientras tanto, pasaban por nuestro lado los
movimientos europeos de participación política (movimiento estudiantil, el de
1968, por la liberación de las colonias,…) Estábamos muy aislados, por eso
nuestros países no tienen ahora la cultura democrática de resistencia. Por otro
lado, hay elementos coyunturales que influyen en los movimientos y, por
ejemplo, no podemos creer que las plazas se van a llenar igual en invierno que
en primavera o verano.
“Todo está organizado para que nada cambie hasta las
elecciones alemanas”
Esa deuda es precisamente la coartada para imponer las
políticas de austeridad…
Pues mire lo que pasa en Portugal con ellas: una deuda del
130% del PIB, el desempleo creciendo y una recesión cada vez mayor. Quienes
gobiernan lo saben y, por eso, yo estoy cada vez más convencido de que esto no
es una crisis. Tenemos que luchar también por los términos del debate, porque
esto no es una crisis: es una gran maniobra del capitalismo internacional
financiero para destruir la última fortaleza que existía en el mundo de
protección social y trabajo con derechos. El remedio de la crisis está
empeorando la crisis o, lo que es lo mismo, el médico está matando al enfermo.
Y lo peor es que no necesariamente cuanta más crisis hay, hay más resistencia.
Porque hay niveles de crisis tan grande y en los que la gente está tan
empobrecida, tan deprimida, que no sale a la calle; gente que se suicida, que
toma ansiolíticos; gente que interioriza la crisis y se vuelve contra sí misma.
Estamos entrando en ese proceso. Por eso, creo que este año va a ser decisivo
para saber si tenemos energías y damos la vuelta a esto. Eso es lo que vamos a
hacer este fin de semana en la UPMS, ver si podemos articular algo para generar
turbulencias políticas que no permitan a estos gobiernos -estos sistemas de
protectorado, en realidad- seguir gobernando.
Artículo de ANA PARDO DE VERA en publico.es
consultado 26 de agosto 2013 http://ssociologos.com/2013/06/17/sociologo-boaventura-de-sousa-santos-la-democracia-en-europa-esta-suspendida-y-derrotada-por-el-capitalismo/
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